Los analistas se equivocaron: la política de gasto de Trump acelerará las subidas de tipos en EEUU
La mayoría de los analistas apuntaban antes de las elecciones de Estados Unidos que una victoria de Donald Trump retrasaría las subidas de tipos de interés por parte de la Reserva Federal, ya que el candidato republicano presionaría al banco central para que no retomara la ortodoxia monetaria. Sin embargo, tras el éxito en las urnas del magnate, sus promesas de gasto público han adelantado las tensiones inflacionistas y obligarán a la institución que dirige Janet Yellen a aprobar varias subidas de tipos en los próximos meses.
Como señala un informe del banco de inversión Lazard, “el incremento de la aversión al riesgo tras la elección de Donald Trump tan sólo duró unas horas y los mercados se normalizaron rápidamente”. Sin embargo si se ha producido un evento importante en los mercados: el aumento de las rentabilidades de los bonos a largo plazo. En concreto, el interés de estos activos de renta fija han pasado del 1,8% al 2,2%, volviendo a los niveles donde estaban a principios de año.
Los analistas de Lazard indican que, en realidad, “el movimiento al alza de los tipos de interés en EEUU había empezado el pasado julio, cuando se tocaron mínimos tras el voto británico a favor de una salida de la Unión Europea”. Entonces, el bono a diez años americano llegó a tocar el 1,36%. “En base a los bonos indexados, de los 79 puntos básicos de subida desde el 8 de julio, 34 proceden del ascenso de los tipos reales y 45 por la compensación de la inflación”.
La razón de que estén subiendo los precios en EEUU (y por extensión en el resto del mundo occidental) se encuentra en la “contribución negativa de los precios de la energía y en la aceleración de los salarios”. El efecto base de comparar la evolución del importe de los productos energéticos presiona sobre la inflación y se generan los denominados “efectos de segunda ronda”, es decir, el incremento de los sueldos para mantener el poder adquisitivo.
En OKDIARIO ya hemos avanzado que la Reserva Federal va a tener que elegir entre inflación y recesión, ya que el mantenimiento de los tipos de interés en mínimos históricos ha recalentado la economía norteamericana y ha provocado un aumento artificial de las cotizaciones bursátiles, una tendencia que puede revertirse si se aprueban subidas de tipos en los próximos meses. Y en este contexto la llegada de Trump, anunciando más gasto público para impulsar las infraestructuras, acelera este proceso inflacionista.
“Todavía faltan algunos meses antes de que las políticas del nuevo presidente republicano se pongan en marcha. Un posible plan de relanzamiento impulsaría la actividad y haría descender más el desempleo, que se encuentra ya en niveles bajos. Los salarios podrían acelerarse todavía más. El impacto sobre el petróleo es más ambiguo (producción interna vs mayor aislacionismo) y tardará varios años en manifestarse. A corto plazo, la OPEP ejercerá una mayor influencia sobre el petróleo. Al final, la inflación debería continuar su aceleración progresiva, pues una presidencia de Trump abre una vía potencial para una inflación superior a medio plazo”, señala Juelien-Pierre Nouen, economista jefe de Lazard Féres Gestion.
A pesar de las tensiones inflacionistas, es posible que la Reserva Federal mantenga la cautela y se limite a aprobar una subida del 0,25% de los tipos de interés en su próxima reunión de diciembre (algo que apuntan nueve de cada diez analistas), sin realizar más subidas en el medio plazo. De hecho, la evolución de la inflación y del mercado laboral de EEUU (en niveles de pleno empleo) aconsejaban haber retomado la ortodoxia monetaria hace meses lo que, junto con el mayor déficit público esperado por las políticas de Trump, desembocará, tarde o temprano en incrementos de los tipos de interés.